Esta semana ha sido un poco extraña, hasta el jueves no había clase, pero Lorenzo ha trabajado todos los días salvo el martes.
El edificio estaba helado, y ayer yo sólo fuí un rato, y hoy que ya era día normal he tenido reunión en el Quinti y después clase con Chema, así que poco he podido hacer de lo mío.
Hoy han amanecido blancos todos los alrededores, los campos, el parque , la carretera, los tejados de las casas vecinas, y hasta el alfeizar de la ventana. Hacía un frío helador, 3 bajo cero, y he rescatado del armario mi anorak de esquiar. Es un poco llamativo, pero abriga que no veas. Me lo compré hace unos 20 años, cuando el esquí y la montaña formaban parte de mi día a día, y sorprendentemente me está como entonces. ¡Será que no he cambiado mucho!
Al ir al Insti las calles estaban cubiertas de hielo y todos los jardines de nieve sin pisar. El olor a frío me reconforta cuando voy bien abrigada, y hoy ese era el caso.
A media mañana el sol ha hecho brillar la nieve y ha templado el día, era la hora del café y daba gusto estar en la calle.
Por la noche cena con los amigos, regalos de reyes y pizzas, play station y tute, cerveza y crema de orujo, y Diana que ha llegado a casa a las 10 y media contra todo pronóstico (tenía toque de queda a las 12:30).
En fin, que mañana es sábado y la semana que viene ya es una semana más, hay que volver a la tranquila rutina, y a empezar a cumplir los propósitos de año nuevo.
El edificio estaba helado, y ayer yo sólo fuí un rato, y hoy que ya era día normal he tenido reunión en el Quinti y después clase con Chema, así que poco he podido hacer de lo mío.
Hoy han amanecido blancos todos los alrededores, los campos, el parque , la carretera, los tejados de las casas vecinas, y hasta el alfeizar de la ventana. Hacía un frío helador, 3 bajo cero, y he rescatado del armario mi anorak de esquiar. Es un poco llamativo, pero abriga que no veas. Me lo compré hace unos 20 años, cuando el esquí y la montaña formaban parte de mi día a día, y sorprendentemente me está como entonces. ¡Será que no he cambiado mucho!
Al ir al Insti las calles estaban cubiertas de hielo y todos los jardines de nieve sin pisar. El olor a frío me reconforta cuando voy bien abrigada, y hoy ese era el caso.
A media mañana el sol ha hecho brillar la nieve y ha templado el día, era la hora del café y daba gusto estar en la calle.
Por la noche cena con los amigos, regalos de reyes y pizzas, play station y tute, cerveza y crema de orujo, y Diana que ha llegado a casa a las 10 y media contra todo pronóstico (tenía toque de queda a las 12:30).
En fin, que mañana es sábado y la semana que viene ya es una semana más, hay que volver a la tranquila rutina, y a empezar a cumplir los propósitos de año nuevo.
Comentarios