Ayer fuimos a San Sebastián a llevar las cenizas de mi cuñada Alicia al mar, como ella quería. Fué un día desapacible, pero sin lluvia, frio, pero no demasiado. Salimos de aquí un poco después de las 10 y media y llegamos a casa de Victoria y Josu sobre la 1. Con ellos fuimos a buscas a Mayte, la otra prima de allí, y al paseo nuevo, donde está tomada la foto.
En un instante nos despedimos. Con añoranza pero sin tristezas, como a ella le habría gustado. Después nos tomamos un vermut en su honor, comimos y nos volvimos para casa. El viaje de vulta se hizo un poco pesado porque anocheció, llovía y había niebla, pero llegamos bien que es lo que importa.
Ahora, cada vez que vayamos a Donosti nos sentiremos un poco más cerca de ti.
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